Ni una palabra de más ni una palabra de menos. Hoy, que no sé en qué día vivo; el pasado sábado, que Infolibre celebró un acto a favor de la Libertad de Expresión; el propio día 3, que es el día declarado oficialmente como jornada para reclamar esa Libertad. Todos los días, todas las horas del año, hasta que los ciudadanos recuperemos un derecho que ahora mismo nos han secuestrado y los periodistas un deber que no ejercemos por sentirnos amordazados y coaccionados.
Son malos tiempos para el valor que requiere el combate, porque hay que comer, hay que pagar el alquiler o la hipoteca, hay que educar a los hijos o hacer mil y una cuentas para anirmarte a tenerlos.
La cuerda no deja de tensarse, por un lado: las empresas, que desde que descubrieron que la información era un negocio -como denunció en su día Kapuscinski- la verdad dejó de ser importante. Y por otro: los profesionales, sin muchas más opciones que dejarse atrapar por la supervivencia, lo que conlleva desmotivación y hastío, o por la sumisión o militancia, dos defectos muy semejantes y demasiado extendidos, en palabras de Ramón Lobo, que te convierten, directamente, en un mediocre, a tu trabajo y a ti.
Es hora de «Dicir non e nascer todas as mañás», como escribió Fran P. Lorenzo parafraseando a Miguel Torga. Es hora de volver a cantar Diguem No, como exclamé parafraseando a Raimon. Es hora de decir Basta, proclamaron Jesús Maraña, director de Infolibre, y Luís García Montero, escritor, en el pacto que sellaron el pasado sábado, como colofón al evento organizado en torno a la Libertad de Expresión.
Diguem no -Digamos Non – Digamos No – Esan Dezagun Ez
Maraña, como periodista, y García Montero, como ciudadano coincidieron en que desde “hace mucho tiempo tendríamos que haber dicho ‘basta’ a las empresas», en la parte que nos toca a los periodistas, y ‘basta a la vergonzosa manipulación de la realidad por parte de los ciudadanos y de los lectores».
El pacto que sellaron reconoce por escrito «un compromiso mutuo que expresa la responsabilidad de periodistas y ciudadanos a la hora de ejercer y demandar un periodismo riguroso, libre, transparente y honesto».
No puede ser un pacto litúrgico, no puede quedarse en el ritual de una celebración ni en un vídeo de youtube, así que, ¡a correr la voz!, ¡difunde! y ¡súmate!
Pacto Periodista-Lector Texto íntegro