Se han muerto en las semanas de celebración del 8 de Marzo, el Día de la Mujer. Se han muerto, en algún caso, por muerte natural, no sin antes haber padecido los rigores de una historia que algunos se empeñan en que siga careciendo de memoria. Representan distintas generaciones y distintas luchas; tanto es así que, por ejemplo, en el caso de las jóvenes asesinadas en Montañita, su única reivindicación era algo tan simple como disfrutar de la vida.
Desde este espacio me gusta hacer preguntas y lo que me planteo, en esta ocasión, es ¿cuántos habéis oído algo sobre estos decesos, más allá de las redes o de los espacios más morbosos de crónica negra?
Las cuatro defendían causas universales, luchaban por un mundo más justo tanto para hombres como para mujeres. No era un trabajo fácil; la democracia, la libertad individual, la identidad de un pueblo, aunque parezcan conquistas ya alcanzadas, siguen requiriendo de una ardua y constante labor de vigilancia y puesta a punto. Dieron su vida, por tanto, por todos y todas nosotros; la perdieron, sin embargo, por hacerlo desde el género equivocado.
¡Hoy, va por ellas!
Berta Cáceres, líder hondureña que amplificó la voz de los indígenas lencas
Carmen Lafuente, Otra flor en el jardín de las 13 Rosas
Marina Menegazzo y María José Coni, Viajaban Solitas
Nota: Foto de portada, La Vanguardia