Estamos en guerra. El teatro, mi trinchera

Antes de dejar de ser dibujo animado, lo mío era muy escribir de oídas. Y acertaba.   Quizás por instinto ¿pura emoción? Sí, pero no. Llevo el periodismo en el ADN y ni en el texto más ramplón, en el folio perdido en el que apunto un breve, un titular, una idea hago concesiones a la falta de rigor. Me gusta escribir de oídas, quizás por saturación, porque el ruido es la censura de hoy; porque si antes había que saber leer entre líneas hoy, leer de más, es lo que nubla buena parte del discernimiento. 

Antes de dejar de ser dibujo animado, lo mío era muy escribir de oídas. Y acertaba. Quizás por instinto ¿pura emoción? Sí, pero no. Llevo el periodismo en el ADN y ni en el texto más ramplón, en el folio perdido en el que apunto un breve, un titular, una idea hago concesiones a la falta de rigor. Me gusta escribir de oídas, quizás por saturación, porque el ruido es la censura de hoy; porque si antes había que saber leer entre líneas hoy, leer de más, es lo que nubla buena parte del discernimiento. 

Nunca fui conspiranoica pero a los hechos, y nunca mejor dicho, me remito ¿De verdad es la nuestra la sociedad más y mejor informada? Quizás, debería. Tenemos los medios y la tecnología para que así sea pero, antes y ahora, hay algo que siempre permanece; se transforma, como la energía, pero está ahí, dominante, dominando, adoptando la forma que mejor le convenga para callarnos, silenciarnos, anestesiarnos. Es el poder, es el sistema. Vivimos en estado de shock cíclico, permanente. Estamos, seguimos en guerra. Distintas armas, las mismas trincheras. El teatro, gracias a Tespis, una de ellas.

Foto Centro Dramático Nacional

Estos días se estrenan y se reestrenan dos (3) propuestas escénicas tan distintas y distantes en la forma como primas-hermanas en el contenido. Los que ya hayan visto Los peleadores de Patatas, su autor, incluso, Manuel Ruizarte, pensarán, tal vez, que se me ha ido mucho la olla. Andrés Lima, director de Shock 2 La Tormenta y la Guerra (y Shock 1) es probable que opine parecido, pues Los Peleadores no es fruto de una investigación documentada sobre acontecimientos concretos de nuestra historia y realidad más recientes. No está basada en hechos reales, no sube al escenario a personajes como Ronald Reagan, Margaret Thatcher o Pinochet… ni retrata sucesos como la Guerra de Irak. No lo hace de forma explícita, porque no siempre hace falta, porque igual que el amor, la amistad, la belleza son temas universales que admiten mil y una propuestas, también el dolor, la vanidad, la codicia, el terror son “valores” comunes de una misma “causa”, la del neoliberalismo; la de una sociedad enferma, víctima de políticas que han hecho de la violencia, en todas sus acepciones, su bandera. Una sociedad fracasada o en riesgo de fracaso, en la que, como contaba el propio Lima en una entrevista y como reflexionan Clío, Calíope y Erato en Los Peleadores, palabras como libertad se acaban gastando de tanto usarlas.

Foto cedida por la compañía El Pez Volador Teatro

Llego a ambos proyectos por exceso y por defecto. La gran producción y el teatro pequeño. La capital y la “provincia”. El punk y la poética. La vanguardia y lo clásico. La pirotecnia y la contención. Y en ambos, la misma intuición, estar ante algo grande. Estar ante el privilegio del arte como espacio para la reflexión, para la emoción; venga de la fiesta o de la zozobra, de la risa o el llanto, del grito o del silencio. Arte que no deja al espectador indiferente. Arte que se siente y se padece, porque hace pensar y pensar, a veces, duele. Arte del que sales tocado pero no hundido… que no te deja inmune, en todo caso te inmuniza contra un mundo cada vez más hostil e insolidario. Como escribió la poeta Clara Moltó sobre Los Peleadores: “El deseo de Revolución es una ofrenda hecha teatro, un regalo para la cultura”. Y yo añado, un regalo para el espectador, para el ciudadano bulímico de capital pero huérfano de palabras y de trincheras.

… ¿Habré acertado? …. 😉

Shock II La Tormenta y la Guerra / Teatro Valle Inclán (Madrid) del 27 de abril al 13 de junio (Foto CDN)
Los Peleadores de Patatas / Teatro Círculo (Valencia) del 6 al 9 de mayo (Foto El Pez Volador Teatro)

*Aunque mi vida no se paró a fecha de la última entrada en este blog ni mi CV ha dejado de sumar experiencia desde que creé este espacio para contenerlo, no he encontrado el tiempo ni, quizás, el aliciente, para volver a situar este mi planeta en su órbita. Hoy he sido capaz de dar un paso en la dirección correcta y no por pura necesidad material/laboral sino verdaderamente motivada, auténticamente convencida de que quiero estar aquí, recuperar la perspectiva que da estar a años luz de la tierra. He empezado la casa por el tejado, hablando de comunicación antes de informar de quién soy o en quién me he convertido, pero prometo que Lima y Ruizarte sólo han sido un revulsivo, el punto de inflexión necesarios para volver a presentarme 😉